EL INCENDIO DE BAYAMO, DECISIÓN HEROICA

En la madrugada del doce de enero de mil ochocientos sesenta y nueve, inmensas llamaradas y columnas de humo arrasaban a Bayamo. Al comprender que la pérdida de su ciudad era inevitable, el pueblo decidió quemarla antes de entregarla a los españoles.
Bayamo ardió, como gloriosa antorcha que simbolizaba la decisión de los cubanos de ser libres.
Durante varios meses, desde el diecisiete de octubre de mil ochocientos sesenta y ocho, Bayamo fue la capital de Cuba independiente.
En ese tiempo, se había logrado contener el paso de las tropas españolas, pero el enemigo ya estaba a sus puertas.
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