Bejucal, Mayabeque, Cuba - Esta crónica no es de periodista a pelotero, sino de cubano a cubano, pues Javier Méndez debe contar las miles de historias vividas en veintidós Series Nacionales. Ahí entran los sufrimientos en cada derrota y campeonato no conquistado, la convivencia con la fama sin perder nunca la sencillez, la fidelidad a su pueblo y a sus industriales queridos, por muchas propuestas monetarias que también recibió.
Quizás pocos peloteros de la capital tengan tanta simpatía en toda Cuba como él, ganada a fuerza de batazos oportunos que silenciaban estadios; de memorables fildeos; de elegancia y correctas declaraciones ante el más enconado rival; de una compostura modesta y humilde sin dejar de ser fuerte y recia sobre el terreno.
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