¿SERÁ MUY ACTIVA LA TEMPORADA CICLÓNICA?
¿Qué
cubano no se pregunta al comenzar cada año cómo se comportarán los ciclones?
Son estos los fenómenos meteorológicos que golpean a la Isla, por su ubicación
geográfica, y que tan nefastas memorias han dejado en más de una familia.
En
San Antonio de los Baños, poblado ubicado a unos 30 kilómetros de la capital
cubana, quizás el que menos se olvida la gente es Charly, del 13 de agosto de
2003. Su entrada impetuosa desde el sur por la playa Cajío, en Güira de Melena,
su paso arrollador hacia el norte, para salir por Playa Baracoa, colocaron a la
villa ariguanabense casi en el centro del tristemente recordado.
Si
el movimiento de un meteoro de este tipo sobre las cálidas aguas caribeñas y su
peligrosa travesía terrestre, nos quitan el sueño anualmente durante los meses
de más probabilidades de ocurrencia, es decir, entre septiembre y noviembre, el
ejemplo que menciono nos demuestra cómo cualquier momento del primero de junio
al 30 de noviembre puede ser propicio para la formación y evolución de un
sistema tropical.
Bien
lo dice un anuncio al respecto de la televisión nacional, es necesario estar:
“Preparados y alertas!” Esperar al último instante, por ejemplo, para poner a
buen recaudo pertenencias que el viento puede transportar bien lejos no es
recomendable.
Tampoco
lo es no podar a tiempo árboles frondosos que, ante este tipo de fenómeno, muchas
veces son arrancados de raíz y lanzados sobre la vía, un vehículo estacionado o
una vivienda, o que enredan en su follaje cables eléctricos y telefónicos, que
mucho cuesta poner en su lugar nuevamente.
Asegurar
nuestras casas, cuando por alguna razón es necesario, es otra medida que no
todos tomamos en cuenta. Hay edificaciones en mal estado que quizás no puedan
apuntalarse más y en ese caso, hay que recoger todo lo salvable para
trasladarnos a un sitio más seguro, pues no hay dudas que la Defensa Civil de
Cuba siempre organiza muy bien el rescate y protección de los ciudadanos, lo
que impide la pérdida más costosa para nuestro país.
Colaborar
todos para que la llegada de un ciclón no se convierta en un hecho que nos deje
sin siembras importantes, sin animales destinados a la alimentación del pueblo,
sin lo acopiado con esmero como reserva necesaria, sin maquinarias,
herramientas y útiles del trabajo en la industria o la agricultura; es no andar
a ciegas por el mundo.
Lo
que en momentos vemos como un acto de solidaridad humana, en más de una ocasión
suele presentarse como bumerang que nos regresa convertido en más tranquilidad
también para los hogares, centros de trabajo o de estudios, sin los cuales
cambiaría indiscutiblemente el rumbo de nuestras vidas.
Desde
ya todo lo que hagamos será poco para prepararnos. No hay huracanes a la vista
para la Isla, por lo que es este el momento más propicio para organizarnos.
Cuando ya el fenómeno se acerca todo es traumático y suelen acontecer graves
accidentes, en medio de tempestades y vientos en racha.
Poco
a poco se llega lejos. Comencemos a tiempo para ganarles tiempo a tan temibles
visitantes.
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