De nada habría servido contar con
un equipo de colaboradores de tan probada profesionalidad, si no hubiera
aparecido en el filme cubano La Bella del Alhambra, Beatriz Valdés, la
intérprete capaz de personificar a esa muchacha con dotes artísticas que no se
conforma con actuar en una carpa paupérrima. Con su empeño ve cumplirse sus
sueños al ser contratada en el teatro Alhambra, donde recibirá aplausos y
escuchará comentarios envidiosos. Pronto la prensa y el público la bautizarán
como “la bella del Alhambra”. Esta joven actriz en quien por su desempeño
precedente ante las cámaras, era imposible avizorar que, como un Pigmalión, se
convertiría en la Rachel que muchos aplaudieron. Hay que agradecer la obstinada
defensa por el realizador de su propuesta frente al intento de imponer una
figura española como protagonista. Resulta admirable apreciar a la esplendorosa
Beatriz, en su interpretación pletórica de genuino sabor de canciones
antológicas en las voces de glorias del patrimonio cultural cubano.
viernes, 10 de agosto de 2018
jueves, 2 de agosto de 2018
MUSICALIZANDO EL CINE CON EDESIO ALEJANDRO
La música juega un papel protagónico en el
séptimo arte. Puede cambiar totalmente el carácter de una escena. “Si hay que ubicar a la
música en alguna parte del cuerpo cinematográfico, diría que es el sentimiento
de cada película” , afirmó
una vez Enrique
Pineda Barnet, director y guionista de cine cubano. Por eso, muchos
músicos cubanos han puesto su empeño en nuestro cine, tal es el caso de Edesio
Alejandro quien la creación musical es un acto de magia. Es la entrega a algo
que no se puede ver. Algo muy espiritual. Pero cuando alguien como él lo ha
hecho durante un tiempo, puede también ser un oficio. El oficio va dando
métodos, que a veces pueden volverse esquemáticos. Su primera película fue Clandestinos.
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