Bejucal, Mayabeque, Cuba- Acabo de darle a mi padre su
último adiós. ¿Por qué no fue mejor un buen día para juntos caminar tomados de
la mano y compartir todo lo bueno y malo que nos depara la vida como solíamos
hacer? La vida se le acabó antes y el destino le jugó una mala pasada, hoy
sábado 24 de enero estaría cumpliendo sus 75 años, sin embargo pude decirle,
sin lágrimas y con inmenso orgullo…“Te amo mi viejo, yo no te voy a olvidar”.
Siempre se sintió dichoso de mí porque jamás lo defraudé. La vida se le escapó
entre las manos pero se fue con la felicidad dentro, se la llevó con él y no la
dejó escapar. Fue buen padre, buen compañero, amigo de todos los tiempos. Ese
fue el mejor de los seres humanos. Desde ahora te comienzo a extrañar y mucho.
Un día como hoy estaríamos juntos comentando sobre como va la pelota y tu
interesado por el triunfo o la derrota de los industriales. Hoy en vez de
flores, otro fuera mi regalo. Las cosas no cambiarán entre nosotros, yo, el
hijo desobediente como jocosamente me solías llamar seguiré siempre a tu lado.
Hasta siempre…Mi querido, mi viejo, mi amigo.
domingo, 25 de enero de 2015
lunes, 12 de enero de 2015
EL INCENDIO DE BAYAMO, DECISIÓN HEROICA
Bejucal, Mayabeque, Cuba - Quemar su propia ciudad, ver arder la casa donde se vivee, sus plazas y entorno, debió de haber sido para los bayameses, aparte de un acto de penoso sacrificio, una decisión heroica.
En la madrugada del doce de enero de mil ochocientos sesenta y nueve, inmensas llamaradas y columnas de humo arrasaban a Bayamo. Al comprender que la pérdida de su ciudad era inevitable, el pueblo decidió quemarla antes de entregarla a los españoles.
Bayamo ardió, como gloriosa antorcha que simbolizaba la decisión de los cubanos de ser libres.
Durante varios meses, desde el diecisiete de octubre de mil ochocientos sesenta y ocho, Bayamo fue la capital de Cuba independiente.
En ese tiempo, se había logrado contener el paso de las tropas españolas, pero el enemigo ya estaba a sus puertas.
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