lunes, 27 de enero de 2014

TRIBUTO AL MAESTRO


El 27 de enero partió la importante Marcha de las antorchas desde la escalinata hacia la Fragua Martiana, bajan por San Lázaro hacia Espada y se continuó hasta las calles 27 y Hospital. En el trayecto se sumó un grupo que esa misma tarde había clausurado, en el Palacio de los Yesistas, el Congreso Martiano en Defensa de los derechos de la Juventud.
 
A la cabeza del desfile, una bandera cubana llevada por compañeras universitarias y de la segunda enseñanza; detrás de la Enseña Nacional, el ejecutivo en pleno de la FEU. Las mujeres martianas iban todas cogidas de brazo; era un grupo numeroso, pero la sensación, lo impactante del desfile, era el grupo de más de quinientos jóvenes perfectamente formados que iban detrás de Fidel. Su disciplina era impecable. Algunos de estos jóvenes participarían en julio en el heroico asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo.

Cuando comenzaron a corear los gritos de: ¡Revolución!, ¡Revolución!, sobresalían las voces del grupo que seguía a Fidel; era como un torrente atronador que hizo vibrar la calle e impresionar a un pueblo que con tristeza rendía tributo en su centenario al hombre de La Edad de Oro.

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