miércoles, 2 de abril de 2014

EL BLOQUEO MAS LARGO EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD


Bejucal, Mayabeque, Cuba - Nacer y vivir en una isla bloqueada es el día a día de quienes respiramos en Cuba. Y digo respiramos porque el bloqueo trata de asfixiar a este pueblo, que no deja de intentar salir adelante.
Buscar en la historia universal hechos similares es labor de investigadores, que aseguran no hallar similitudes con el caso cubano.
Para los que estamos próximos a cumplir 50 años de edad, no hay otra esperanza que vivir igual cantidad de tiempo. Asolo así podremos disfrutar la posibilidad de que nuestros hijos y nietos tengan una realidad diferente y el bloqueo yanqui sea historia de libros de texto.
El tema, por reiterado no deja de ser el centro de nuestro acontecer. Los que tienen unos años de más saben de lo diferente que era la vida en Cuba antes del bloqueo.
El amo del Norte tenía en este archipiélago un laboratorio exquisito para probar muchos de sus mejores inventos. De algunos pudo beneficiarse la clase más pudiente de la época. La mayoría de esos ensayos posibilitó a demasiados criollos soñar con algo inaccesible para sus bolsillos rotos y sus estómagos hambrientos.

No tenernos más al alcance de la mano ha sido penalizado duramente con el precio del bloqueo. Es difícil de entender para quienes no viven aquí. Cuando se acercan y tratan de aplatanarse, reconocen la crueldad de ese amo que dejó de ser, pero no renuncia a la reconquista.
Los que nacimos y crecimos en este supuesto aislamiento, nos fortalecimos para aprender más de las capacidades individuales y convertirlas en arma colectiva al servicio de la Patria y la revolución socialista.
En mi andar de hombre, hijo y trabajador, dialogo con mis semejantes y siento que este pueblo nunca ha sido ni será digno de lástima. La admiración es lo primero que les causamos a las personas inteligentes de cualquier rincón del mundo.
Escuchar a los niños expresar qué es una escuela y orgullosos hablan de sus maestros, ver a las familias correr con sus enfermos a cualquier institución de salud en busca de ayuda o saber en la espera por el transporte que cada cual confía en que este llegará, patentiza la nación única que somos.
Es difícil comprender qué es la esperanza. Pero cuando hay confianza en los líderes que conducen un país y en sus sabias decisiones, se trabaja, se intenta, se señala lo mal hecho para enmendar la obra de todos y se elige a los mejores representantes del pueblo en cada votación popular.
Habría que recordar al pescador Santiago, regresando a casa solo con el esqueleto de su enorme aguja, en el final glorioso de El viejo y el mar. Los cubanos, como el sabio marino, le decimos al bloqueo yanqui que puede agotarnos, pero jamás vencernos.

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