UN APLAUSO A LA GASTRONOMÍA BEJUCALEÑA
Bejucal, Mayabeque, Cuba - Como
bien me explicó Juan Carlos Alonso, director general de Comercio y Gastronomía
en el municipio mayabequense de Bejucal, se hacen esfuerzos para mantener
estabilidad y calidad en esos servicios.
La
disponibilidad de recursos que garanticen las ofertas en cada establecimiento
es uno de los puntos álgidos a la hora de analizar qué ocurre con la
gastronomía popular estatal. No es nuevo para ningún cubano el asunto, debatido
durante décadas y donde muchos han opinado que el hecho de no constituir
negocios personales, no compromete a las administraciones con los detalles
mínimos requeridos.
Es
bien difícil lograr estabilidad, pues hemos visto mejorías en más de una
ocasión en alguna unidad estatal con servicio de cafetería o restaurante y
cuando pasa el tiempo, cambia la administración y, con ello, todo el sentido de
atención esmerada al público.
No
creo que sea la ciudad de las charangas de los peores sitios en la geografía
cubana con tal dilema. Es notable que hoy la mayoría de sus establecimientos
tienen más higiene, sus empleados mejor presencia, pero quizás la variedad en
la oferta no sea la necesaria, aunque es justo reconocer que la calidad de los
productos se ha elevado.
Un
ejemplo que a muchos llama la atención es la pizzería “La especial” de la
localidad, situada a unos 10 kilómetros al sur de la capital cubana. Allí la
relación calidad-precio es adecuada para el bolsillo de los pobladores que
buscan algo ligero para continuar su paso hacia diferentes actividades
cotidianas. Cuando se interroga a comensales, empleados o directivos, todos
coinciden en el sentido de pertenencia, en el amor porque las cosas salgan bien
para que la pizzería brinde mejor servicio.
Tampoco
para nadie es secreto que la flexibilidad del trabajo por cuenta propia ha
incrementado ostensiblemente los puntos de venta de productos gastronómicos.
Las estadísticas indican que la mayoría de los que optan por esa modalidad
laboral se han vinculado de una u otra forma al expendio de alimentos y son muy
bien acogidos por su variedad y calidad, aunque no todo sea perfecto, pero ese
no es el tema de hoy.
Lo
cierto es que han servido de espejo a la gastronomía estatal, que quiera o no,
tiene una fuerte competencia con quienes deben perfeccionar su hacer para
mantener un negocio propio, lograr buenos costos en los proveedores, no
disparar los precios a los clientes y asegurar pagar al fisco en tiempo y
forma.
Podríamos
poner los cronómetros en marcha y no adelantarnos a los acontecimientos o
hacerle pensar a alguien que no confiamos en las capacidades de los gastronómicos
para realizar un trabajo de excelencia durante todas las horas de todos los
días. Ya dimos la arrancada, los resultados comienzan a llegar.
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